Cuatro sujetos, presumiblemente policías, a bordo de un taxi asaltaron y balearon a un Policía de Tránsito cuando éste se encontraba haciendo arreglos en la puerta de su vivienda. Julio Dávila Gonzáles, de 48 años de edad, es el tombo que recibió un impacto de bala en el brazo izquierdo al poner resistencia y no tener dinero.
El hecho sucedió a las 8 y 30 de la noche, en la entrada de su vivienda ubicada en la urbanización La Encalada, Trujillo, en un pasaje que da a la huaca del mismo nombre, detrás de Plaza Vea. A esa hora el efectivo policial, vestido de civil, estaba arreglando la puerta de su casa a fin de evitar que los amigos de lo ajeno hagan de las suyas.
De manera improvista, apareció un taxi Tico de cuyo interior salieron cuatro sujetos armados, lo cogotearon y le exigieron entregue todo su dinero. Al oponer resistencia y al no tener nada, los delincuentes le dispararon en el brazo para luego huir de la zona aprovechando la oscuridad de la noche.
Sus familiares lo trasladaron al Hospital Belén donde los médicos diagnosticaron traumatismo en la extremidad superior izquierda. Ya recuperado el policía declaró: “tuve suerte, ya que si portaba mi arma de reglamento otra cosa hubiera pasado, quizás me mataban con mi propia arma”.
TODOS LOS POLICIAS son cobardes, solo se meten con gente inocente: Los que invaden terrenos, los trabajadores que hacen huelga y con las prostitutas...CONTRA ELLOS SÍ SON MUY VALIENTES.
El hecho sucedió a las 8 y 30 de la noche, en la entrada de su vivienda ubicada en la urbanización La Encalada, Trujillo, en un pasaje que da a la huaca del mismo nombre, detrás de Plaza Vea. A esa hora el efectivo policial, vestido de civil, estaba arreglando la puerta de su casa a fin de evitar que los amigos de lo ajeno hagan de las suyas.
De manera improvista, apareció un taxi Tico de cuyo interior salieron cuatro sujetos armados, lo cogotearon y le exigieron entregue todo su dinero. Al oponer resistencia y al no tener nada, los delincuentes le dispararon en el brazo para luego huir de la zona aprovechando la oscuridad de la noche.
Sus familiares lo trasladaron al Hospital Belén donde los médicos diagnosticaron traumatismo en la extremidad superior izquierda. Ya recuperado el policía declaró: “tuve suerte, ya que si portaba mi arma de reglamento otra cosa hubiera pasado, quizás me mataban con mi propia arma”.
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